La venta de la planta de Mercedes Benz en Virrey del Pino mantiene en vilo a cientos de trabajadores, incluidos aquellos que dependen de la subdelegación de Cañuelas. Aunque desde el gremio SMATA aseguran que los puestos de trabajo están garantizados, la incertidumbre crece ante la falta de definiciones oficiales.
Hernán Leyva, delegado de SMATA en San Justo y Cañuelas, reconoció que la situación es difícil y que el traspaso de la fábrica responde a una crisis global que afecta a la automotriz alemana. La planta, que lleva casi dos años en venta, sería adquirida por el Grupo ST, con un acuerdo que garantizaría la continuidad del personal hasta 2029.
Con más de 70 años de historia, la fábrica de Virrey del Pino fue la primera que Mercedes Benz abrió fuera de Alemania y actualmente produce el utilitario Sprinter. Sin embargo, la compañía decidió enfocarse en la fabricación de vehículos eléctricos y reorganizar su negocio de camiones y buses, lo que dejó a esta planta fuera de su plan de futuro.
En los últimos años, la empresa implementó retiros voluntarios para empleados mayores de 60 años, reduciendo el plantel a alrededor de mil trabajadores. Aunque se asegura que el traspaso no implicará despidos, el sector automotriz enfrenta grandes desafíos. Según Leyva, la falta de apoyo del Gobierno y la posible importación de autopartes extranjeras ponen en riesgo la industria local.
A pesar de que los posibles compradores han dado señales de tranquilidad, la incertidumbre persiste. “El cierre de la operación se demora, pero sería inminente. Mientras tanto, la preocupación sigue creciendo”, señaló el delegado gremial.