La crisis en el Hospital Garrahan se profundiza. Esta semana, médicos y médicas del centro pediátrico más importante del país presentaron denuncias penales contra las autoridades por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” y “abandono de pacientes”, en medio de un prolongado conflicto por salarios congelados y condiciones laborales que se deterioran día a día.
El reclamo gira en torno al estancamiento salarial. El último acuerdo paritario fue firmado durante la gestión anterior, y desde entonces los sueldos siguen congelados en $797.061, aun cuando muchos profesionales trabajan más de 60 horas semanales. La consecuencia ya se siente: más de 200 médicos y médicas renunciaron y no fueron reemplazados, lo que agravó aún más la situación.

La protesta continúa esta semana con nuevos paros programados para lunes y martes, luego de una huelga de 72 horas realizada la semana pasada. En esa jornada, trabajadores realizaron un abrazo simbólico al hospital bajo la consigna: “S.O.S. Garrahan, salvemos el hospital”.
En paralelo, la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) también denunció penalmente a las autoridades y advirtió sobre el riesgo de colapso sanitario, al declarar que se llegó “al piso total de crisis de atención”.
Como parte del plan de lucha, el viernes 30 a las 15 realizarán una audiencia pública en el Congreso, para pedir a legisladores una ley que garantice financiamiento y funcionamiento estable del hospital.
Uno de los carteles más repetidos en las marchas resume el sentir del personal:
“Nos llaman esenciales, nos tratan como descartables”.
La frase también responde al nuevo DNU que limita el derecho a huelga en el sistema de salud, exigiendo un 75% de cobertura durante los paros.